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La UPME tiene en su portafolio por lo menos 300 proyectos grandes y pequeños que suman más de 4.000 MW de generación de energía renovable no convencional.

Colombia es la niña bonita de la región para inversiones en energías renovables no convencionales. Pero lo que puede ser un piropo, se convertiría rápido en una crítica debido a que el país está quedando rezagado en la región en el desarrollo de este tipo de proyectos.

El país apenas está diseñando el mecanismo para permitir la entrada de esta clase de generación a su matriz energética, mientras que Chile, Argentina, Brasil y Perú ya realizaron sus primeras subastas y en el mundo por lo menos 60 países han pasado por este proceso.

“¿Vamos a hacer una subasta antes de que se acabe la administración?, por supuesto que no”, advirtió el ministro de Minas y Energía, Germán Arce. “El objetivo es diseñar un mecanismo que resuelva un problema a largo plazo”, dijo. Con este anuncio queda claro que las primeras licitaciones para iniciativas con energías renovables no convencionales correrán por cuenta del gobierno entrante, cuando menos.

Los inversionistas estaban a la espera de este tipo de señales, que permitirían contrataciones de largo plazo en Colombia de estas energías, dijo Alejandro Lucio Chaustre, director de SER Colombia, la asociación de energías renovables. “Inversionistas de Asia, Estados Unidos y Europa buscan información sobre el decreto que expidió recientemente el Gobierno, el cual abre la puerta para la generación de este tipo de energía”, dijo.

Actualmente hay más de 10 grandes proyectos, superiores a los 100 megavatios, listos para participar en la primera subasta que anuncie el Gobierno. La Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME) reporta por lo menos 300 iniciativas grandes y pequeñas que suman más de 4.000 MW de energías renovables no convencionales. Esta podría representar el 15 % de la capacidad de generación instalada. Hoy apenas representan el 1 %.

Lucio estima que se puede estar hablando de inversiones que fácilmente llegarían a los US$6.000 millones, dependiendo de la tecnología utilizada, pero mayoritariamente se habla de proyectos de aire y sol, con algunos de biomasa y otro tanto de geotérmica.

“Colombia, por la composición de su industria y su economía, no se caracteriza por ser un desarrollador de tecnologías. Sin embargo, en los últimos 30 años ha logrado acopiar cierta experiencia en lo que a las tecnologías solar fotovoltaica y solar térmica se refiere, al igual que en el aprovechamiento energético de biomasas particulares como el bagazo de caña para efectos de cogeneración, y en el desarrollo de al menos un par de proyectos demostrativos con energía eólica”, señala un informe de la UPME.

Lucio señala que las energías renovables “van a complementar el respaldo térmico de tal manera que reducimos considerablemente el riesgo de que un fenómeno de El Niño se traduzca en un apagón”. Además, recuerda que las plantas térmicas dependen mucho del gas y con las renovables se van a tener más recursos para enfrentar posibles sequías.

“Estos proyectos de generación renovable no convencional no están llamados a vivir del mecanismo de cargo por confiabilidad, una cosa es que aporten complementariedad y confiabilidad, pero no van a vivir de eso, porque no pueden comprometerse a entregar energía en un período de un día, porque no saben si va a haber sol o viento. En períodos de cuatro meses de El Niño sí van a entrar a complementar”, dijo el dirigente gremial.

“Ojalá todos los agentes y todas las tecnologías puedan participar en las subastas, porque eso redunda en mejores precios y neutralidad tecnológica”, indicó Ángela Montoya, presidenta de la Asociación Nacional de Generadores de Energía (Acolgén). La mayoría de empresas asociadas con ésta tienen proyectos de renovables no convencionales en el próximo plan de expansión. Hay proyectos de pequeñas centrales hidráulicas, eólicos, solares y biomasa, destacó.

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El director de SER reitera que la inclusión de nuevas fuentes de generación y de nuevos actores en el mercado no sólo era necesaria, sino deseable. “Esto se traduciría, seguramente, en tarifas más competitivas para el usuario final y, sobre todo, va a blindar al país de los efectos que trae el cambio climático y de la vulnerabilidad que el sistema puede tener con la aparición de fenómenos como el de El Niño, que en ocasiones anteriores han puesto al sistema eléctrico en alta tensión”, dijo.

Andrés Taboada, presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana de la Energía, indicó que “entre más posibilidad haya de nuevos jugadores en el mercado, es mejor, porque hay mayor oportunidad para nuestros afiliados, que son los que proveen los equipos”.

Los reparos

Otras agremiaciones del sector de generación eléctrica han advertido que cualquier esquema planteado debe tener igualdad de competencias con las demás tecnologías, que todas compitan en las mismas condiciones y que no haya subsidios cruzados entre la demanda, los usuarios y los generadores.

Andesco, por ejemplo, destacó que la promoción de las energías renovables es fundamental para el país y que debería haber puerta abierta para todas las tecnologías para no generar distorsiones en el mercado de energía.

El mecanismo que existe de expansión para la energía en Colombia es el cargo por confiabilidad, que premia a los generadores térmicos. además, reconoce la característica que tienen esos generadores de confiabilidad, porque producen en cualquier momento al tener el gas o el carbón disponible.

“Una planta renovable no convencional no sabe si va a contar con viento y no sabe si el día va a estar nublado o no, entonces no puede comprometer tanta energía en firme, por lo tanto, no le remuneran cargo por confiabilidad. Entonces estos generadores térmicos seguirán viviendo del cargo por confiabilidad. Seguirán ofertando en el mercado de contratos tal como lo hacen hoy”, sostiene Lucio Chaustre.

 

Tomado de El Espectador

https://www.elespectador.com/economia/el-rezago-de-colombia-en-energias-renovables-articulo-748703