Bogotá 13 de septiembre de 2022. Uno de los retos del sector eléctrico en Colombia es el mejoramiento del servicio de energía en la Región Caribe. La acumulación de diversos factores durante largos períodos en el pasado como el bajo nivel de inversión en construcción, mantenimiento y modernización de las redes, los bajos niveles de recaudo de cartera y los altos índices de pérdidas no técnicas de la energía llevaron a la intervención de Electricaribe y la compra a base de subasta a los actuales operadores AIR-E y AFINIA quienes han brindado continuidad en el servicio y han evitado que el sistema siguiese impactando las finanzas públicas.
La actuación de estos nuevos operadores está dando una perspectiva diferente en la prestación del servicio en la región. Se tiene una dinámica más efectiva en los montos de inversión para modernización de infraestructura, control de pérdidas, mejoramiento del servicio y del proceso de distribución. Ya se han obtenido resultados en cuanto al mejoramiento de los indicadores de calidad (SAIDI y SAIFI) en la prestación del servicio en algunas de las ciudades y en el control de pérdidas de energía. Sin embargo, aún es muy grande la brecha y el reto para llegar a los niveles óptimos de calidad y seguridad que requiere la población y el sistema.
Esta brecha se unió, además, con un incremento elevado de las tarifas de electricidad en los últimos 18 meses, con mayor impacto en la región Caribe, como ha sido masivamente difundido. Este alto crecimiento es el resultado de la fórmula tarifaria que reconoce las diferentes etapas en la prestación del servicio y tiene seis componentes y dos indexadores que conforman la tarifa. Uno de los componentes que presenta el mayor crecimiento es el del reconocimiento de las inversiones para control de pérdidas, de acuerdo con lo establecido en las resoluciones de la CREG.
Sin lugar a dudas el alto costo de la energía en la región impacta de manera grave a la población, especialmente a los estratos 1, 2 y 3. Por esta razón es importante que el gobierno nacional, en alianza con los operadores y prestadores del servicio, así como con sus entes adscritos, encuentren una solución que permita seguir atendiendo a los usuarios con unos costos razonables del servicio, pero teniendo en cuenta también que no se puede afectar a los operadores poniendo en riesgo la sostenibilidad económica necesaria para una buena prestación del servicio de energía, interviniendo las tarifas.
Igualmente, es importante tener en cuenta que las acciones que se adelanten no afecten de manera negativa la actuación de la CREG, uno de los actores fundamentales para configurar una institucionalidad técnica y confiable, junto con el Ministerio de Minas y Energía, la UPME y la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios. En esta coyuntura es fundamental lograr que las decisiones políticas no impacten la capacidad técnica de actuación de las instituciones, aspecto fundamental para la sostenibilidad del sector.
Desde la Cámara Colombiana de Energía, teniendo en cuenta la prospectiva y la perspectiva del sector, ratificamos nuestra voluntad y deseo de acompañar y aportar al proceso que conduzca a la sostenibilidad técnica y económica del sector para todos los miembros de la cadena, desde el productor hasta el usuario.
Carlos Alberto Zarruk Gómez
Presidente Ejecutivo
Cámara Colombiana de la Energía